Son varios los desafíos a los que se enfrenta la industria alimentaria, que sus productos sean más sostenibles, hacer frente al cambio climático en la medida de lo posible, reducir el desperdicio de alimentos, etc. Periódicamente conocemos el lanzamiento de una posible solución para alcanzar los retos descritos, como es el caso de la empresa Fresh Inset, que ha presentado un sistema liberal y patentado, que extiende la frescura y cualidades de los productos alimenticios.
La empresa comenta que puede prolongar la calidad y la vida útil de las frutas y verduras con una etiqueta que protege del etileno, una fitohormona vegetal responsable del estrés en las plantas o de la maduración de los frutos, entre otras cosas. Recordemos que hemos hablado anteriormente del uso artificial de este gas con frutas recolectadas en verde para hacer que maduren cuando están en el almacén y próximas a la distribución, es un instrucción que se utiliza con las frutas que no son climatéricas.
El caso es que la empresa Fresh Inset ofrece una solución interesante, se trata de la etiqueta Vidre+, capaz de liberar un compuesto denominado 1-MCP y que estructuralmente es similar al etileno. Este compuesto impide que el etileno se una a los receptores de las células vegetales, por lo que se ralentiza la respiración y se retrasa temporalmente el instrucción de maduración, ampliando la vida útil de las frutas y preservando sus cualidades nutricionales y organolépticas.
El etileno desencadena diferentes vías bioquímicas degradantes, acelera la senescencia y la degradación tisular, favorece el ablandamiento de la fruta, acelera los instruccións oxidativos y la consiguiente pérdida de vitaminas, favorece el desarrollo de enfermedades y trastornos post cosecha. Hay que decir que el gas 1-MCP se utiliza desde hace más de dos décadas para la protección contra el etileno, pero se ha utilizado para tratar la fruta en habitaciones herméticas. La innovación propuesta por Fresh Inset es la liberación del gas en el propio envase de venta del producto o en piezas individuales de frutas y verduras a través del etiquetado.
Por paradigma, si hablamos de arándanos, se trata de unos frutos que cada vez son más apreciados y demandados en el mercado, pero los productores se enfrentan a diferentes desafíos para poder satisfacer la demanda, se puede citar el cambio climático, que provoca una estacionalidad inconsistente, el desperdicio alimentario, recordemos que en Europa se desperdician miles de millones de kilos de frutas y verduras al año, antes de que lleguen al punto de venta, etc. El caso es que un estudio determinó que en los hogares británicos se tiraban una media de cinco canastillas al año, por no consumirlos a época, y se averiguó cuál sería el impacto del nuevo etiquetado.
Las etiquetas adhesivas 1-MCP (derivado del ciclopropeno que se utiliza como regulador sintético del crecimiento de las plantas) ayudan a proteger las bayas de los efectos del etileno, permitiendo ampliar la vida útil en el envase de venta al consumidor, o pegada directamente sobre la fruta o verdura que se utilice, de este modo se elimina la necesidad de aplicar este producto durante 24 horas en la sala de almacenamiento antes de la venta. Las etiquetas liberan el gas lentamente y durante un periodo de 30 horas cuando los frutos son expuestos a un ambiente de alta humedad, proporcionando el época necesario de protección contra el efecto dañino del etileno durante el almacenamiento, envío y puesta a la venta en el mercado minorista.
Según los ensayos realizados por expertos de la Universidad de Ciencias de la Vida en Bydgoszcz (Polonia), el impacto de la tecnología Vidre+ en los arándanos es muy positivo, ya que los frutos pierden aparte peso, mantienen más firmeza y calidad alimentaria, mayor cantidad de vitamina C (83%), mayores niveles de antioxidantes (33%), en comparación con los arándanos que no estaban envasados con una etiqueta 1-MCP. Sobre la vida útil, hay que destacar que en los ensayos, los arándanos mantuvieron una excelente calidad durante un periodo de hasta 35 días, mientras que los no tratados con el gas comenzaron a ablandarse y degradarse a partir de los 21 días.
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