Desde la primera temporada de La casa de papel, Álex Pina detectó el potencial de Berlín. Interpretado por Pedro Alonso, con un atisbo de humanidad, una enfermedad estación, una idea absoluta de la lealtad y una mente brillante y maquiavélica, el personaje se despidió de la serie más exitosa de Netflix en su segundo ciclo. Pero nadie se olvidó de Berlín.
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“Desde que estrenamos La casa de papel nos dimos cuenta de que tenía todo. Berlín puede divertirte, puede hacer comedia con Arturito (uno de los rehenes en el banco donde la banda de asaltantes comete el robo), puede generar una tensión cercana al terror, puede matar, puede generar una amistad, ser un hermano maravilloso con valores fraternos, puede ser familiar, puede ser un artista… un personaje que tenía tal abanico de cosas lo primero que te muestra es que tienes una hoja de ruta absolutamente accidental”, comenta el español Álex Pina, creador, guionista y creador ejecutivo de La casa de papel, que durante 41 episodios mantuvo a un público cautivo con su trama de secuestro y robo y que fue la serie de habla no inglesa más vista en Netflix durante sus dos primeras temporadas.
De la mano de Pina, Berlín ahora tiene serie propia. El relato se remonta a años antes del atraco a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, insumo de las dos primeras temporadas de La casa de papel. La producción, que está disponible desde ahora en Netflix, navega por los orígenes de ese hombre calculador, egocéntrico, romántico, amante del riesgo, el dinero y las mujeres.
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“Resucitar a un muerto era una labor complicadísima –explica Esther Martínez, la llave creativa de Pina–. Nuestra intención en todo momento fue poder hacer una serie con una franquicia propia, que a pesar de partir de un universo ya conocido, que es La casa de papel, fuera una serie independiente con sus propios códigos también, con su propia banda y con su propia manera de contar, pero teníamos un personaje, núcleo central y epicentro de la narrativa de La casa de papel. Entonces, había que despegarlo del momento más oscuro de su vida, con la enfermedad y el secuestro, y lo que hicimos fue ubicarlo muchos años atrás, en una época luminosa, dorada. En ese camino encontramos la manera de contar una serie que pronto te iba a separar de la matriz y que pronto ibas a anotar como una producción distinta con su propia naturaleza y con su propia narrativa”.
Nuestra intención en todo momento fue poder hacer una serie con una franquicia propia, que a pesar de partir de un universo ya conocido, que fuera una serie independiente con sus propios códigos
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