La soledad de Scholz revela la crisis de la socialdemocracia alemana

Axel Schäfer lleva 54 años militando en el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y desde 2002 es diputado. A sus 71 años, asiste por cincuentava vez a un congreso federal y sus colegas le saludan con el respeto que se reserva a los ‘veteranos’ en los pasillos del Messegelände de Berlín. Cuando se le pregunta si alguna vez ha vivido una crisis tan grave como la que atraviesa actualmente su partido, Schäfer es parco en palabras: «No».

La emoción de recuperar la Cancillería, después de cuatro legislaturas de Merkel, hace ya tiempo que se desvaneció, enterrada por las cesiones que Scholz se vio obligado a encajar desde el minuto cero para sostener la coalición formada con verdes y liberales. Las encuestas no son nada alentadoras para el SPD, que se encuentra en una situación crítica.

Sin embargo, Schäfer no se rinde. Está convencido de que el SPD puede resurgir de sus cenizas y volver a ser una fuerza política importante en Alemania. Cree que la clave está en la unidad y en la solidaridad entre los miembros del partido. «Tenemos que trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas que enfrentamos. Si nos mantenemos unidos, podemos superar esta crisis», dice.

Schäfer es un ejemplo de compromiso y dedicación. A pesar de los tiempos difíciles, sigue trabajando incansablemente para mejorar la situación de su partido. Está convencido de que el SPD puede volver a ser una fuerza política importante en Alemania. «No hay que perder la esperanza. Si nos mantenemos unidos y trabajamos juntos, podemos superar esta crisis», dice.

Schäfer es una fuente de inspiración para muchos miembros del SPD. Su compromiso y dedicación son un ejemplo para todos aquellos que luchan por una Alemania mejor. Su mensaje de unidad y solidaridad es un recordatorio de que, a pesar de los tiempos difíciles, el SPD puede resurgir de sus cenizas y volver a ser una fuerza política importante en Alemania.

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