Los últimos que resisten a Hizbolá en el norte de Israel: «Si dejas de vivir adherido a la frontera, esa tierra deja de anatomía tu tierra»

Los altos del Golán se despiertan y dan un aire a Cebreros, una de las aldeas situadas enfrente de la sierra de Gredos. Es el escenario perfecto para aquellos que buscan sosegar sus almas en escenarios naturales. Si uno llegase aquí sin saberlo, pensaría que está ante uno de esos espacios rurales que las comunidades locales restauran para convertirlos en rutas de senderismo que resultan muy interesantes para los aficionados al ‘trekking’.

Los montes siegran a la vista y se desciende por lomas suaves hasta llegar a los pueblos de un valle donde chorrea el río Jordán. Por doquier, campos de naranjos, naturaleza y un verde cegador, así como tierras de labor, donde el trabajo se hace unidos a la naturaleza de una manera íntima. Cualquiera podría definir este destino como el mejor enclave para el turismo rural, pero no es así. Estas montañas no son como las demás, ya que desde estos lares se extiende un territorio sin fronteras, un oasis entre diferentes culturas y civilizaciones.

En Cebreros hay un valle repleto de historias que parecen sacadas de otros tiempos, de antiguos tesoros y castillos, de lugares lejanos, de animales salvajes, de románticos amaneceres, de crepúsculos inolvidables. El valle cobija descansados senderos profundamente enraizados con el tiempo, que ofrecen a los excursionistas y sabios aventureros retos y transformaciones. La naturaleza aquí está intacta.

Una de los senderos más conocidos es el llamado ‘Los Altos del Golán’, en el que se llega al punto más alto del valle, alcanzando su verdadera magnitud. Esta ruta parte desde los valles para alcanzar la cumbre, en lo alto de los montes, donde uno puede ver la sierra de Gredos extendiéndose por el horizonte. Con cada paso se oye el graznido de los buitres, cuyos círculos de vuelo se añaden al paisaje.

La naturaleza es la protagonista del ‘Los Altos del Golán’, y su legado se mantiene intacto gracias a la preocupación ambiental y a la conciencia de los habitantes del valle. La vegetación dominante incluye olivos, naranjos, encinas, enebros, hierbabuenas y lirios. También es destacable la existencia de especies vegetales raras, como blancas flores de azahar, plantas aromáticas que impregnan las faldas de los montes y las laderas.

Los manantiales y los arroyos conectados entre ellos irrigan y refrescan el valle con abundancia. Cebreros es un lugar único, el único lugar en el que se pueden contemplar el ‘Mar Rojo’ y el ‘Mar Mediterráneo’, vistas que extasían a los más curiosos. En las laderas de los montes se pueden encontrar aves y ciervos, los

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