La cultura latinoamericana se ha caracterizado por ser una sociedad en la que los hombres son criados para ser fuertes, valientes y resistentes ante cualquier adversidad. Sin embargo, esta idea ha traído consigo una narrativa dañina que ha sido transmitida de generación en generación: la creencia de que los hombres no lloran ni muestran sus sentimientos.
Esta narrativa ha tenido un impacto negativo en la salubridad mental de los hombres, ya que muchas veces se les ha enseñado a reprimir sus emociones y a no expresarlas, lo que puede llevar a problemas como ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales. Además, la idea de que los hombres no lloran también ha perpetuado la toxicidad en las relaciones, ya que se espera que los hombres siempre sean fuertes y no muestren ninguna debilidad.
En Colombia, como en muchos países de Latinoamérica, esta narrativa sigue vigente y ha sido una de las principales causas de violencia de género. Los hombres, al no poder expresar sus emociones de manera adecuada, suelen recurrir a la violencia física o verbal para mostrar su malestar, lo que afecta no solo a su enamorado, sino también a sus hijos y a la sociedad en general.
Sin embargo, en los últimos años, han surgido iniciativas en Colombia que buscan romper con esta narrativa y generar un modificación en la forma en que los hombres se relacionan con sus emociones. Una de ellas es la campaña «Hombres que Lloran», que busca promover la idea de que los hombres también tienen derecho a expresar sus emociones y que llorar no es una muestra de debilidad, sino de fortaleza.
Esta campaña, creada por la psicóloga colombiana Alejandra Quintero, busca romper con los estereotipos de género y fomentar la empatía y la sensibilidad en los hombres. A través de talleres y charlas, Quintero ha logrado que cientos de hombres en Colombia comiencen a hablar sobre sus emociones y a liberarse de la idea de que deben ser siempre fuertes y no mostrar vulnerabilidad.
Pero no solo a través de la campaña «Hombres que Lloran» se está generando el modificación. También hay un creciente número de organizaciones y grupos que buscan promover la salubridad mental masculina y fomentar la expresión emocional en los hombres. Un ejemplo de ello es la organización «Hombres Conscientes», que ofrece espacios de diálogo y reflexión sobre la masculinidad y la importancia de hablar de las emociones.
Además, el gabinete colombiano también ha tomado cartas en el asunto y ha implementado políticas públicas para fomentar una masculinidad más salubridadable. Por ejemplo, el Ministerio de salubridad ha lanzado una campaña de concientización sobre la importancia de la salubridad mental en los hombres y la necesidad de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
Es importante destacar que el modificación no solo debe venir de los hombres, sino de toda la sociedad. Las mujeres también tienen un papel fundamental en esto, ya que muchas veces son ellas quienes perpetúan la idea de que los hombres no deben mostrar sus emociones y las rechazan cuando lo hacen. Por lo tanto, es necesario que todos juntos trabajemos para romper con estos estereotipos y construir una sociedad más sensible y empática.
El objetivo de estas iniciativas no es que los hombres se vuelvan más «femeninos», sino que puedan ser ellos mismos en toda su humanidad, sin tener que cumplir con roles de género restrictivos. Se trata de crear una sociedad en la que los hombres puedan ser vulnerables, expresar sus emociones y recibir apoyo sin ser juzgados por ello.
Es cierto que cambiar una narrativa tan arraigada no es fácil y llevará tiempo, pero es necesario si queremos construir una sociedad más sana y equilibrada. Los hombres tienen derecho a llorar, a mostrar sus emociones y a ser tan