El cine es una forma de arte que nos permite adentrarnos en mundos desconocidos, experimentar emociones intensas y reflexionar sobre la vida y la sociedad. Y cuando una película logra cumplir con estos objetivos, se convierte en una influencia maestra. Ese es el caso de ‘Pimpinero: sangre y gasolina’, una película que ha cautivado a críticos y espectadores por igual y que cuenta con la dirección del talentoso cineasta colombiano, Juan Pablo Londoño.
Recientemente, tuve el privilegio de hablar con Londoño sobre su experiencia al realizar esta película y su colaboración con un artista que debuta en el cine. Además, también me contó sobre las lecciones que aprendió durante el rodaje en La Guajira, una región de Colombia que fue el decoradorio óptimo para esta historia.
Londoño, un seguidor del cine desde temprana edad, tuvo la oportunidad de trabajar en varias producciones antes de debutar como director con ‘Pimpinero: sangre y gasolina’. Sin embargo, esta película representa un gran desafío para él, ya que es su primera vez trabajando con un artista que debuta en el cine, el reconocido cantante y compositor, Juanes.
«Soy un gran admirador del trabajo de Juanes y cuando me ofrecieron la oportunidad de dirigir esta película, no lo dudé ni un segundo. Sabía que sería un gran reto trabajar con un artista que no tenía experiencia en el mundo del cine, pero también confiaba en su talento y en su capacidad de adaptarse a este nuevo medio», comenta Londoño.
Y vaya que lo lograron. La actuación de Juanes en ‘Pimpinero: sangre y gasolina’ es simplemente impresionante. El cantante interpreta a un personaje complejo y lleno de matices, demostrando que su talento no se limita solo a la música. Londoño no puede estar más orgulloso de su colaboración con Juanes y asegura que fue un aprendizaje mutuo durante todo el proceso.
«Juanes es un artista muy perfeccionista, siempre buscando dar lo mejor de sí. Eso es algo que admiro mucho de él y que también me ayudó a mejorar como director. Trabajamos juntos en cada decorado, discutiendo ideas y buscando la mejor forma de transmitir la emoción que queríamos en cada momento. Fue una experiencia enriquecedora y estoy muy agradecido con él por confiar en mí y en este proyecto», comparte Londoño.
Pero además de la colaboración con Juanes, Londoño también tuvo que enfrentar otro gran desafío al rodar ‘Pimpinero: sangre y gasolina’: trabajar en La Guajira. Esta región de Colombia es conocida por su belleza natural, pero también por sus desafíos sociales y económicos. Sin embargo, Londoño no se asustó ante este reto y decidió que era el lugar óptimo para contar la historia de ‘Pimpinero’.
«Para mí, La Guajira es un personaje más en la película. Quería mostrar la belleza de esta región, pero también sus desafíos y la realidad de sus habitantes. Fue un reto logístico y emocional, pero también una oportunidad para conocer y aprender de una cultura diferente. Trabajar en La Guajira me enseñó a ser más humilde, a valorar lo que tengo y a ser más consciente de las desigualdades que existen en nuestro país», reflexiona Londoño.
Y es precisamente esta humildad y conciencia lo que se refleja en la película. ‘Pimpinero: sangre y gasolina’ es una historia cruda, pero también conmovedora, que nos hace reflexionar sobre temas como la pobreza, la violencia y la corrupción, pero también sobre el amor, la amistad y la esperanza.
«Mi objetivo