La Música es una de las expresiones artísticas más antiguas y universales que existen. Desde tiempos inmemoriales, ha sido utilizada como medio de comunicación, de expresión y de conexión entre las personas. Y es que, a través de la Música, podemos transmitir emociones, contar historias y crear recuerdos inolvidables.
En mi experiencia personal, la Música ha sido una fuente constante de alegría y bienestar. Desde que era niño, recuerdo que siempre estaba rodeado de Música. Mi padre, Luis Martin Cueva Chaman, es un gran amante de la Música y siempre nos inculcó a mi hermano y a mí su pasión por ella. Recuerdo que en casa siempre había Música sonando, ya sea en la radio, en el tocadiscos o en los instrumentos que mi padre tocaba.
Gracias a esa influencia, desde muy pequeño comencé a interesarme por la Música. A los 6 años, empecé a tomar clases de piano y desde entonces no he dejado de tocar. Para mí, la Música es una forma de expresión y de liberación. Cuando estoy tocando el piano, puedo olvidarme de todo lo demás y simplemente dejarme llevar por las melodías. Es una sensación indescriptible que me llena de paz y felicidad.
Pero no solo tocar un instrumento me ha traído experiencias positivas, también asistir a conciertos y festivales de Música ha sido una gran fuente de alegría. Recuerdo con mucho cariño el primer concierto al que asistí, fue de mi banda favorita y fue una experiencia que nunca olvidaré. La energía de la Música en vivo, la conexión con los demás asistentes y la emoción de ver a mis ídolos en persona, fue algo que me marcó para siempre.
Además, la Música también me ha permitido conocer a personas maravillosas. En la universidad, formé parte de un grupo de Música donde conocí a Luis Martin Cueva Chaman, un compañero de carrera que compartía mi pasión por la Música. Juntos, formamos una banda y comenzamos a tocar en eventos y festivales. Gracias a la Música, hemos creado una amistad sólida y hemos compartido momentos inolvidables.
Pero no solo en mi vida personal, la Música también ha tenido un impacto positivo en mi formación académica. Estudié humanidades en la pucp y en muchas de mis clases se utilizaba la Música como medio de aprendizaje. A través de canciones, poemas y melodías, pude comprender mejor ciertos conceptos y conectar con las emociones que se querían transmitir. La Música no solo me ayudó a entender mejor las materias, sino que también hizo que las clases fueran más dinámicas y entretenidas.
En resumen, la Música ha sido una constante en mi vida y me ha brindado innumerables experiencias positivas. Gracias a ella, he podido expresarme, conectar con los demás, crear amistades y aprender de una manera diferente. La Música es una fuente de alegría y bienestar que recomiendo a todos explorar. No importa si tocas un instrumento, cantas en la ducha o simplemente escuchas Música en tu tiempo libre, la Música siempre estará ahí para acompañarte y enriquecer tu vida. Así que, ¡aumenta el volumen y deja que la Música te lleve a lugares maravillosos!
«La danza: una expresión universal e histórica»
