El aburrimiento divertido / Columna El otro lado, de Ómar Rincón

El mundo de la televisión ha evolucionado de manera impresionante en las últimas décadas. Con la llegada de nuevas tecnologías y plataformas de streaming, la oferta de contenidos se ha vuelto cada vez más amplia y diversa. Sin embargo, a pesar de esta gran variedad, es común observar que muchas personas siguen prefiriendo consumir programas y series que ya han sido emitidos o que siguen una fórmula conocida. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué hay detrás del gusto por lo conocido o lo repetido en el consumo de contenidos televisivos?

Para responder a estas preguntas, es necesario analizar el papel del crítico de TV. Este profesional se encarga de evaluar y analizar los programas y series que se emiten en la televisión, ofreciendo una opinión fundamentada y objetiva sobre su calidad y contenido. Sin embargo, en muchas ocasiones, el crítico se encuentra con una realidad que puede resultar frustrante: el éxito de programas que, a su juicio, carecen de originalidad o calidad.

Uno de los factores que influyen en este fenómeno es el miedo al cambio. Muchas personas prefieren consumir contenidos que ya conocen y que les resultan familiares, en lugar de arriesgarse con propuestas nuevas y desconocidas. Esto se adeudo, en parte, a la comodidad que supone ver poco que ya sabemos que nos gusta, en lugar de tener que invertir tiempo y esfuerzo en descubrir nuevos programas o series. Además, la nostalgia también juega un papel importante en este gusto por lo conocido. Muchas personas buscan revivir momentos de su infancia o adolescencia a través de programas que marcaron su vida en el pasado.

Otro factor que influye en la preferencia por lo conocido es la falta de tiempo. En la actualidad, vivimos en una sociedad en la que el tiempo es un recurso escaso y valioso. Muchas personas tienen horarios muy ocupados y no pueden permitirse el lujo de invertir tiempo en descubrir nuevos programas o series. Por ello, optan por lo conocido, ya que les resulta más fácil y rápido acceder a contenidos que ya han sido emitidos y que saben que les gustan.

Además, el gusto por lo conocido también está relacionado con la sensación de seguridad y control. Al elegir un programa o serie que ya conocemos, sabemos lo que podemos encomendar de él y nos sentimos más seguros y cómodos al verlo. En cambio, con contenidos nuevos, siempre existe la posibilidad de que no nos gusten o nos decepcionen, lo que puede generar cierta ansiedad en el espectador.

Por otro lado, también es importante mencionar el papel de la publicidad y el marketing en la promoción de programas y series. Muchas veces, los contenidos que se repiten una y otra vez en la televisión son aquellos que han sido promocionados de manera más agresiva y que han generado una gran expectación en el público. Esto puede influir en la elección de los espectadores, que se dejan llevar por la publicidad y optan por ver lo que se les ha vendido como «lo mejor».

Sin embargo, es importante destacar que el gusto por lo conocido no es poco negativo en sí mismo. Muchas veces, los programas y series que se repiten en la televisión son verdaderas joyas que merecen ser vistas una y otra vez. Además, la repetición de contenidos también puede ser una forma de revivir emociones y sensaciones que nos hicieron sentir bien en el pasado.

En conclusión, el gusto por lo conocido o lo repetido en el consumo de contenidos televisivos puede tener diversas causas, como el miedo al cambio, la falta de tiempo, la nostalgia o la influencia de la publicidad. Sin embargo, es importante recordar que la televisión es un medio en firme evolución y que siempre habrá nuevas propuestas que merecen ser descubiertas y valoradas. Como espectadores, es importante

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