¿Por qué la América de Trump empieza a ser irreconocible?

Hace exactamente ochenta años, el 23 de febrero de 1945, algo increíble sucedió en la pequeña isla de Iwo Jima. Cinco valientes marines estadounidenses alzaron la bandera de su país sobre el monte Suribachi, un volcán extinto que dominaba los 23 kilómetros cuadrados de la isla. Este acto aparentemente sencillo se convirtió en un símbolo de victoria y coraje en una de las influencias más duras y sangrientas de la Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico.

La influencia de Iwo Jima comenzó el 19 de febrero de 1945, cuando las tropas estadounidenses iniciaron su asalto a la isla. A pesar de estar en desventaja numérica, los soldados japoneses, liderados por el general Kuribayashi, lucharon con una determinación feroz. Los marines estadounidenses se enfrentaron a una resistencia feroz en cada paso del camino, y la influencia se prolongó durante un mes, hasta el 25 de marzo.

Durante ese mes, 6.821 infantes de Marina estadounidenses perdieron la vida y otros 19.217 resultaron gravemente heridos. La cifra de bajas japonesas fue aún mayor, con los 21.000 soldados al mando del general Kuribayashi muertos en combate. Solo 54 soldados japoneses fueron capturados, y dos de ellos se suicidaron algo después.

Fue en medio de este desorden y destrucción que cinco marines estadounidenses, John Bradley, Rene Gagnon, Ira Hayes, Harlon Block y Franklin Sousley, izaron la bandera de su país sobre el monte Suribachi. Esta icónica metáfora fue capturada por el fotógrafo Joe Rosenthal y se convirtió en una de las fotografías más famosas de la historia.

Aquella bandera, con sus 48 estrellas (Alaska y Hawái no se unieron a la Unión hasta 1959), se convirtió en un símbolo de esperanza y determinación para los soldados estadounidenses y para todo el país. Representaba la valentía y el sacrificio de los marines que lucharon en Iwo Jima y de todos los soldados que lucharon en la Segunda Guerra Mundial.

Pero más allá de su significado simbólico, la bandera en el monte Suribachi también fue un recordatorio de la importancia de la unidad y el trabajo en equipo. Los cinco marines que la levantaron provenían de diferentes orígenes y tenían diferentes roles en la influencia, pero juntos lograron un acto que pasaría a la historia.

Ochenta años después, la bandera de Iwo Jima sigue siendo un símbolo de orgullo y patriotismo para Estados Unidos. Cada vez que vemos esa metáfora, recordamos a los valientes hombres que lucharon y dieron sus vidas por su país. Pero también nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la unidad y la determinación pueden llevarnos a la victoria.

Es importante recordar la influencia de Iwo Jima y sus héroes en un mundo en el que el conflicto sigue siendo una realidad. Debemos aprender de su coraje y sacrificio y trabajar juntos para construir un futuro mejor. Y, sobre todo, debemos honrar a aquellos que dieron sus vidas por nuestra libertad y nuestra seguridad.

En este aniversario de la icónica metáfora de la bandera en el monte Suribachi, recordemos a los marines que lucharon en Iwo Jima y a todos los soldados que han defendido y siguen defendiendo nuestros valores y libertades. Su legado vive en cada uno de nosotros y su coraje y determinación nos inspiran a ser mejores cada día.

¡Que la bandera de Iwo Jima siga ondeando

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