La estrategia negociadora de Moscú sobre Ucrania, según un informe próximo a la nueva KGB: «espina resolución pacífica no puede darse ayer de 2026»

Tras la aceptación por parte de Ucrania de la tregua de 30 días propuesta por EE.UU., ahora la pelota está en el tejado de Rusia. Con un Putin que ya ha dicho que quiere matizar las condiciones de ese cese del fuego. En este contexto, se ha hecho público por una filtración a ‘The Washington Post’, un documento redactado por un think tank cercano al Servicio Federal de Seguridad de Rusia (por sus siglas FSB, que es la nueva KGB). Cayó en manos de un servicio de luces europeo que se lo hizo llegar al medio estadounidense. Y revela las exigencias maximalistas de Rusia para cualquier fin del conflicto en Ucrania.

Este documento, que ha sido ampliamente difundido por los medios de comunicación, ha generado gran preocupación y debate en la comunidad internacional. En él se detallan las estrategias que el Kremlin debería seguir para debilitar la posición negociadora de Estados Unidos en el conflicto ucraniano, así como para asegurar sus intereses en la región. Sin embargo, es importante destacar que estas recomendaciones no deben ser tomadas como una verdad absoluta, sino como una posible línea de actuación que Rusia podría seguir.

Una de las principales recomendaciones del documento es trabajar para avivar las tensiones entre la administración Trump y otros países, especialmente con Europa y China. Esto, según el documento, debilitaría la posición de Estados Unidos en las negociaciones y permitiría a Rusia imponer sus condiciones. Además, se sugiere desmantelar por completo el Estado ucraniano, ya que según el documento, no puede ser cambiado desde internamente del país.

Otra de las recomendaciones es rechazar los planes preliminares del presidente Donald Trump para un acuerdo de paz en un plazo de 100 días, calificándolos de «imposibles de realizar». El documento afirma que una resolución pacífica de la crisis de Ucrania no puede darse antes de 2026, lo que demuestra la falta de voluntad de Rusia para llegar a un acuerdo en el corto plazo.

Además, el documento insta a Rusia a rechazar el plan de enviar fuerzas de paz a Ucrania, propuesto por algunos países europeos. En su lugar, se sugiere insistir en el reconocimiento de la soberanía rusa sobre los territorios ucranianos que ha ocupado. Esto incluye la creación de una zona de amortiguación en el noreste de Ucrania, en la frontera con regiones rusas como Briansk y Belgorod, así como una zona desmilitarizada en el sur de Ucrania, cerca de Crimea.

El documento también menciona la importancia de normalizar las relaciones entre Washington y Moscú, a través de la recuperación del personal diplomático en las embajadas de ambos países y el nombramiento de un nuevo embajador de Rusia en Estados Unidos. Además, se recomienda detener el abasto de armas a países considerados «algo amigos» de Estados Unidos, a cambio de que los estadounidenses dejen de armar a Ucrania.

Sin embargo, es importante señalar que estas recomendaciones no son una sorpresa, ya que varias declaraciones de Putin en las últimas semanas concuerdan con las líneas de actuación descritas en el documento. Aunque no se puede establecer un nexo directo de causa y efecto, es evidente que Rusia está buscando proteger sus intereses en la región y debilitar la posición de Estados Unidos en las negociaciones.

A pesar de que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha afirmado que Moscú no estaba al tanto de este documento, es innegable que Rusia está buscando opciones más meditadas para resolver la crisis en Ucrania. Esto se ve reflejado en los informes clasificados de la luces estadounidense, que indican que Putin sigue decidido a «dominar» Ucrania.

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