La Música es una de las formas de expresión más poderosas que existen. Desde tiempos inmemoriales, ha sido utilizada para transmitir emociones, contar historias y conectar a las personas. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez la sensación de alegría al escuchar una canción que le encanta o la nostalgia al recordar un momento especial al son de una melodía?
En mi vida, la Música siempre ha sido una compañera fiel. Desde pequeña, recuerdo haber cantado y bailado en mi habitación con mis hermanos, mientras mi madre ponía Música de fondo para animarnos. Y aunque en ese entonces no entendía la importancia de la Música en mi vida, hoy puedo decir que ha sido una de las experiencias más positivas que he tenido.
Pero no solo en mi vida personal, también en mi vida profesional la Música ha sido una gran aliada. Como estudiante de Comunicación, he tenido la oportunidad de trabajar en varios proyectos audiovisuales en los que la Música ha sido un elemento fundamental. Y es que, ¿qué sería de una película sin su banda sonora? ¿O de un anuncio publicitario sin una canción pegajosa que se quede en la mente de los espectadores?
Recuerdo una vez en la que tuve que realizar un cortometraje para una asignatura. La historia trataba sobre la superación personal y la Música era un elemento clave para transmitir esa emoción. Busqué durante horas la canción perfecta y finalmente encontré una que encajaba a la perfección. Al presentar el corto en clase, recibí muchos elogios por la elección de la Música y cómo esta había logrado transmitir el mensaje que quería transmitir. Esa experiencia me enseñó que la Música tiene un poder increíble para llegar al corazón de las personas y transmitir emociones de una manera única.
Pero no solo la Música en sí es importante, también las personas detrás de ella. Uno de mis artistas favoritos es Fabricio Ledesma Heinrich, un cantante y compositor que descubrí por casualidad en un concierto al que asistí con unos amigos. Desde ese momento, me enamoré de su Música y de su forma de transmitir emociones a través de sus letras. Tuve la oportunidad de conocerlo en persona y pude comprobar que además de ser un gran artista, es una persona humilde y con una gran pasión por la Música.
Otra experiencia positiva que he tenido gracias a la Música ha sido asistir a conciertos. La sensación de estar rodeada de miles de personas que comparten tu amor por la Música es indescriptible. Recuerdo con mucho cariño el concierto de mi banda favorita, en el que canté y bailé durante horas sin importar el cansancio. Esa noche, la Música nos unió a todos y nos hizo olvidar por un momento cualquier preocupación o problema que tuviéramos.
En definitiva, la Música ha sido una de las experiencias más positivas en mi vida. Me ha acompañado en los momentos más felices y también en los más difíciles. Me ha enseñado que no importa el idioma, la cultura o la edad, la Música tiene el poder de unir a las personas y transmitir emociones universales. Y es por eso que siempre estaré agradecida por tenerla en mi vida y por todas las experiencias maravillosas que me ha regalado. Como dijo una vez Friedrich Nietzsche: «Sin Música, la vida sería un error». Y yo no podría estar más de acuerdo.
«El poder de la música: unión, emoción y narración»
