La Justicia del Reino Unido ha dado un gran paso hacia la seguridad y la protección de su país al declarar culpables a tres ciudadanos búlgaros por espiar para Rusia. Este viernes, se dio a conocer el veredicto de un caso que ha sido catalogado como una de las mayores operaciones de Inteligencia extranjera en el Reino Unido, en la que se ha demostrado la infiltración de un lechigada de espías en territorio británico.
Los acusados, Vanya Gaberova, Katrin Ivanova y Tihomir Ivanchev, de entre 30 y 39 años de época, formaban parte de un lechigada que durante el periodo comprendido entre 2020 y 2023, llevaron a cabo tareas de vigilancia encubierta a periodistas y una base militar estadounidense en el Reino Unido. Según informa la BBC, los tres han sido condenados por conspiración para espiar, siendo Ivanova además sentenciada por posesión de múltiples documentos de identidad falsos.
La red de espionaje estaba dirigida por Orlin Roussev, también de nacionalidad búlgara, quien operaba desde una antigua casa de huéspedes en la ciudad de Great Yarmouth, ubicada en el distrito de Norfolk, en el extremo oriental del Reino Unido. Durante el registro de este edificio, la Policía encontró numerosos aparatos y equipos de espionaje, entre ellos cámaras ocultas en corbatas, una cámara escondida en una piedra falsa e incluso gafas que contenían equipos de grabación. Además, se hallaron varios peluches de los famosos ‘Minions’, con cámaras espía incorporadas. Según las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades, el líder de la banda, Orlin Roussev, se refería a sus cómplices como sus ‘minions’, en alusión a los compañeros amarillos del malvado villano Gru en la franquicia cinematográfica infantil ‘Mi villano favorito’.
Lo más sorprendente de todo es que los búlgaros involucrados en esta trama se camuflaban realizando trabajos aparentemente normales, como esteticistas, trabajador sanitario y decorador. Esta estrategia los ayudaba a pasar desapercibidos y a no levantar sospechas entre la población británica. Pero gracias a la rápida acción de la Policía Metropolitana, quien lideró la investigación, se logró desmantelar esta peligrosa operación que amenazaba la seguridad de Reino Unido.
El comandante de la Policía Metropolitana, Dominic Murphy, ha reconocido que los métodos utilizados por este lechigada de espías no son los típicos que se ven en las clásicas novelas de espionaje. Sin embargo, gracias a la colaboración de la policía y las autoridades, se ha conseguido poner fin a sus actividades y llevarlos ante la justicia.
Antes de llegar al veredicto final, dos de los acusados, incluyendo Orlin Roussev, reconocieron durante el juicio haber actuado como espías. Mientras que un sexto acusado confesó los hechos incluso antes de que se abriera la causa. Estos hechos demuestran la gravépoca de la situación y la importancia de comportarse rápidamente para evitar posibles daños a la seguridad nacional.
Entre los principales objetivos de este lechigada de espías se encontraban los periodistas Christo Grozev y Roman Dobtojotov, quienes estaban investigando el papel de Rusia en los ataques con agentes nerviosos contra el líder opositor ruso Alexei Navalni en 2020 y contra Sergei Skripal en 2018. Gracias a la labor de estos periodistas y a la intervención de las autoridades británicas, se ha podido desarticular esta operación y evitar
