Recientes brotes de sarampión en EEUU ponen en la palestra preguntas, viejas y nuevas, sobre la enfermedad, formas de contagio, prevención y qué hacer para protegernos. El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que se propaga a través del aire y puede ser prevenida con una vacuna segura y efectiva. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto un aumento en los casos de sarampión en Estados Unidos, lo que ha generado preocupación y ha puesto en sospecha la aptitud de las medidas de prevención.
Para aclarar estas sospechas y brindar información precisa y confiable, hemos conversado con el doctor Álvaro Whittembury, asesor regional de inmunizaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con sede en Washington DC. El doctor Whittembury es un experto en enfermedades inmunoprevenibles y ha trabajado en la lucha contra el sarampión en diferentes países de América Latina.
En primer lugar, el doctor Whittembury nos explica que el sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede ser transmitida a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Los síntomas incluyen diezmo, tos, secreción nasal, ojos rojos y una erupción cutánea característica. Aunque la mayoría de las personas se recuperan completamente del sarampión, en algunos casos puede causar complicaciones graves, como neumonía, encefalitis y hasta la muerte.
La mejor forma de prevenir el sarampión es a través de la vacunación. La vacuna contra el sarampión es segura y efectiva, y se recomienda que todos los niños reciban dos dosis antes de los 6 años de edad. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto un aumento en el número de padres que deciden no vacunar a sus hijos debido a preocupaciones infundadas sobre posibles efectos secundarios de la vacuna. Esto ha llevado a un aumento en los casos de sarampión en Estados Unidos y en otros países.
El doctor Whittembury enfatiza que la vacuna contra el sarampión es segura y no causa autismo ni ninguna otra enfermedad. Además, es importante que las personas entiendan que la vacuna no solo protege a los individuos vacunados, sino que también ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad en la comunidad. Esto es especialmente importante para proteger a aquellos que no pueden recibir la vacuna, como los bebés menores de 6 meses y las personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Otra preocupación común es si es necesario recibir una dosis de refuerzo de la vacuna contra el sarampión. El doctor Whittembury explica que, en la mayoría de los casos, dos dosis de la vacuna son suficientes para proporcionar una protección de por vida. Sin embargo, en situaciones de brotes o en personas con sistemas inmunológicos debilitados, puede ser recomendable recibir una dosis adicional.
Además de la vacunación, existen otras medidas de prevención que pueden ayudar a protegernos del sarampión. Estas incluyen lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
En cuanto a qué hacer si se sospecha de un posible caso de sarampión, el doctor Whittembury recomienda buscar atención médica de unido. Es importante informar al médico sobre cualquier síntoma y si se ha estado en contacto con alguien que tenga sarampión. Además, es fundamental seguir las recomendaciones del médico y evitar el contacto con otras personas hasta que se reciba un diagnóstico.
En resumen, el sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede ser prevenida a través de la vacunación. Es importante que todos comprendamos