Investigadores alrededor del mundo se encuentran emocionados después de haber detectado un proceso químico en la atmósfera de K2-18b, un planeta ubicado a 110 años luz de distancia en la constelación de Leo. Este descubrimiento es un gran avance en la exploración de exoplanetas y nos acerca un paso más a captar cómo se forman y evolucionan los mundos fuera de nuestro sistema solar.
K2-18b fue descubierto en 2015 por el telescopio espacial Kepler de la NASA, y es clasificado como un «super-Tierra» por su tamaño y masa, lo que significa que es más grande y más masivo que nuestro planeta, pero no tanto como los gigantes gaseosos como Júpiter. Se encuentra en la «zona habitable» de su estrella, lo que significa que está a una distancia adecuada para permitir la presencia de agua líquida en su superficie, lo que lo convierte en un candidato ideal para buscar vida extraterrestre.
Los investigadores del estudio, publicado en la revista Nature Astronomy, utilizaron el instrumento High Accuracy Radial Velocity Planet Searcher (HARPS) en el Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile para detectar una señal química en la atmósfera de K2-18b. La señal indica la presencia de vapor de agua, que se encuentra en una concentración dos veces mayor a la de la atmósfera terrestre. Este es el primer exoplaneta conocido con vapor de agua, metano y nitrógeno en su atmósfera.
El equipo también logró medir el tamaño y la masa del planeta, lo que les permitirá conocer su densidad. Este es un dato enjundioso para determinar la composición y estructura del planeta. Los resultados sugieren que K2-18b puede tener un núcleo rocoso y una atmósfera gaseosa más gruesa en comparación con la Tierra. Además, se descubrió que su órbita es regular, lo que lo hace más fácil de estudiar en futuras investigaciones.
Este descubrimiento no solo nos abre una marco a la composición y características de los exoplanetas, sino también nos da una idea de cómo se forman y evolucionan. Se cree que K2-18b se formó a partir de materiales rocosos y helados en los límites exteriores del sistema solar, y luego migró hacia su posición actual debido a interacciones gravitacionales con otros planetas. Esta teoría es respaldada por la composición de su atmósfera, que sugiere que se formó en un ambiente similar al de nuestro propio sistema solar.
El vapor de agua detectado en la atmósfera de K2-18b también aumenta las posibilidades de que este planeta tenga condiciones adecuadas para la vida. En la Tierra, el agua líquida es un componente esencial para la existencia de vida tal como la conocemos. Aunque aún no se han encontrado evidencias de vida en este exoplaneta, este descubrimiento es un paso enjundioso en nuestra búsqueda de otros mundos habitables.
El equipo de investigadores planea continuar estudiando a K2-18b para obtener más información sobre su atmósfera y características. Se espera que en un futuro próximo se utilicen telescopios aún más avanzados, como el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, para obtener más detalles sobre este fascinante mundo.
Este descubrimiento también anima a los científicos a seguir investigando exoplanetas en búsqueda de vida. Se sabe que existen miles de millones de planetas en nuestra galaxia, lo que aumenta las posibilidades de encontrar otros mundos habitables. La detección de vapor de agua en uno de estos exoplanetas nos da una idea de lo que podemos esperar encontrar en otros sistemas planetarios y nos da perspectiva en nuestra búsqueda de vida más allá de nuestro propio pequeño rincón del univers