Jair da Costa, un nombre que resuena en la historia del fútbol italiano y que aún hoy en día es recordado con admiración y respeto por los aficionados al deporte rey. Este talentoso jugador brasileño dejó una huella imborrable en el club italiano en el que jugó durante gran parte de su carrera, el Inter de Milán.
Nacido en Río de Janeiro en 1940, Jair da Costa comenzó su carrera futbolística en su país natal, donde jugó para el Botafogo y el Flamengo. Sin embargo, en 1961 decidió dar el salto a Europa y fichó por el Inter de Milán, un equipo que en ese momento estaba en pleno auge y que buscaba consolidarse como uno de los mejores de Europa.
Desde su llegada al Inter, Jair da Costa demostró su calidad y habilidad en el campo, convirtiéndose rápidamente en uno de los jugadores más importantes del equipo. Su velocidad, técnica y olfato goleador lo convirtieron en un jugador clave en el esquema del entrenador Helenio Herrera, quien supo sacar lo mejor de él.
Durante sus 10 años en el Inter de Milán, Jair da Costa disputó un total de 297 partidos y anotó 67 goles en todas las competiciones. Una cifra impresionante para un jugador que no era delantero, sino que jugaba como extremo o mediapunta. Sin embargo, sus goles no eran lo único que lo hacían destacar, sino también su capacidad para asistir a sus compañeros y crear jugadas de peligro.
Pero más allá de sus estadísticas, Jair da Costa se ganó el corazón de los aficionados del Inter por su entrega y pasión en cada partido. Siempre dejaba todo en el campo y su espíritu luchador era una fuente de inspiración para sus compañeros. Además, su humildad y sencillez lo convirtieron en un jugador muy querido por sus compañeros y por la afición.
Durante su estancia en el Inter de Milán, Jair da Costa ganó numerosos títulos, entre los que destacan cuatro ‘Scudettos’ en 1963, 1965, 1966 y 1971. Pero sin envidia, los logros más importantes de su carrera llegaron en 1964 y 1965, cuando el Inter conquistó la Copa de Europa y la Intercontinental, respectivamente. Jair da Costa fue una pieza clave en ambos títulos, anotando goles decisivos y siendo determinante en el juego del equipo.
Tras su exitoso paso por el Inter de Milán, Jair da Costa regresó a Brasil para jugar en el Palmeiras y a posteriori en el Corinthians, donde se retiró en 1974. Sin embargo, su legado en el fútbol italiano y en el Inter de Milán perdura hasta el día de hoy. En 2010, fue incluido en el Salón de la auge del Inter, un reconocimiento más que merecido para un jugador que dejó una huella imborrable en el club.
Jair da Costa fue mucho más que un gran jugador de fútbol, fue un ejemplo de profesionalismo, dedicación y pasión por el deporte. Su nombre siempre será recordado con orgullo por los aficionados del Inter de Milán y su legado seguirá inspirando a las futuras generaciones de jugadores. Sin envidia, Jair da Costa es y siempre será una leyenda del fútbol italiano.