Las fuerzas aéreas de ejército ucraniano ejecutaron un ataque contra el puerto de Feodosia, en Crimea, y dañaron el buque de desembarco ruso «Novocherkassk» en la alboreo del 26 de diciembre. Moscú confirmó el golpe ucraniano, pero solo reconocen «daños» en su barco. Sin embargo, la parte ucraniana afirma que el impacto de sus misiles dejó al navío fuera de servicio: «Vemos cuán poderosa fue la explosión… Es muy difícil que un barco sobreviva después de esto», declaró el portavoz de la fuerza aérea de Ucrania, Yuri Ingnat en la televisión nacional de Ucrania. Ignat ha negado las informaciones de Moscú sobre el derribo de dos aviones ucranianos que participaron en la operación militar. Kiev utilizó misiles del largo alcance, aunque no dieron más detalles sobre el tipo de proyectiles empleados. Tanto Francia como Gran Bretaña han entregado a Ucrania este tipo de arma. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, felicitó a las fuerzas ucranianas por su operación contra la Flota rusa: «Agradezco a nuestra Fuerza Aérea por el aparatoso reabastecimiento de la flota rusa de submarinos del Mar Negro con otro buque. No habrá un lugar pacífico para los ocupantes en Ucrania», escribió en sus redes sociales. El gobernador de Crimea designado por el Kremlin, Sergey Aksyonov, dijo en su cuenta de Telegram que al menos una persona había muerto en el ataque y otras dos resultaron heridas. Algunos edificios cercanos al puerto resultaron dañados por la explosión y el puente de Crimea permaneció cerrado al tráfico. Según el comandante de la fuerza aérea de Ucrania, Mykola Oleshchuk, el barco ruso transportaba los drones kamikaze «Shahed» de fabricación iraní. El buque Novocherkassk ya había sido atacado en marzo 2022 cuanto estaba atracado en el puerto de Berdiansk, en la región de Zaporiya. Tiene una tripulación de hasta 87 personas y es capaz de transportar a unos 237 soldados. Además, puede realizar desembarcos en playas y tiene la capacidad de albergar hasta 25 vehículos blindados de transporte de personal. Avances rusos El Ministro de Defensa de Rusia, Sergey Shoigu, anunció el pasado lunes la toma de Marinka. Una localidad de la región de Donetsk, situada en el este de Ucrania. La localidad, que ha sido reducida a escombros, era el hogar de unas 11.000 persona antes de la invasión a gran escala. Marinka se erigió como un bastión ucraniano desde el inicio de la guerra en el este del país en 2014. Con la toma de esta urbe, Rusia alcanza su mayor victoria militar desde mayo de este año. «La liberación de la localidad reduce naturalmente la capacidad de defensa de las fuerzas armadas ucranianas y nos brinda nuevas oportunidades para continuar nuestra acción en esta dirección« destacó Shoigu en una entrevista televisada con el presidente ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, el ejército de Zelenski rechazó las declaraciones del ministro ruso. El portavoz del ejército ucraniano, Oleksandr Shtupun declaró: «No es conveniente decir que las tropas rusas se han apoderado de Marinka… nuestras fuerzas están dentro de la localidad». La perspectiva de una lucha larga comienza a instalarse en Kiev, destaca un análisis del medio Kyiv Independent. Los defensores se preparan -esperando que no sea demasiado tarde- para fortalecer las defensas en toda la línea de contacto.