Fue increíble. La multitud se volvió loca cuando el líder liberal Javier Milei anunció que impondría un ajuste fiscal sin precedentes. Después de recibir el bastón y la banda que lo invistieron como presidente, Milei estaba listo para afrontar el desafío de gobernar un país en el que la mitad de la población recibe alguna forma de ayuda gubernamental.
Milei anunció que la recesión y el sufrimiento eran inevitables para poner en orden las finanzas públicas. Esta declaración fue recibida con un aplauso. Esto era lo que significaba ‘no hay plata’ para los seguidores de Milei, y estaban más que preparados para soportar lo que esto significaba.
Poco después, el discurso inaugural de Milei como presidente tuvo lugar en la explanada del Congreso. El Rey Felipe de España se encontraba a su derecha, entre otros mandatarios extranjeros, en particular el ucraniano. Durante su discurso, Milei habló acerca de cómo sus políticas cambiarían el rumbo de la Argentina y cómo estas servirían para mejorar la vida de todos sus ciudadanos.
En su discurso, Milei se comprometió a luchar contra la corrupción y dijo que solo trabajaría con aquellas personas que compartieran sus ideales de una Argentina mejor. También prometió que no descuidaría la protección a los ciudadanos más vulnerables de la economía.
Además, dijo que impulsaría el emprendimiento, que mejoraría la educación y que trabajaría para asegurar el derecho a una vida digna para los argentinos.
Milei terminó su discurso con una cálida ovación de la multitud, que parecía dispuesta a seguirlo en el camino hacia un futuro mejor para la Argentina.
El discurso de Milei fue motivador para todos aquellos que alguna vez habían perdido la esperanza de que el país pudiera salir adelante. Era una señal de que los días más oscuros de la Argentina podían cambiar y que un futuro mejor estaba por llegar.
