La Economía es una ciencia que estudia cómo se administran los recursos y cómo se generan y distribuyen las riquezas de una sociedad. Es un tema amplio y complejo que afecta a todos los aspectos de nuestras vidas, desde el empleo hasta el precio de los bienes y servicios que consumimos. Sin embargo, a pesar de los desafíos que enfrenta, también existen experiencias positivas que demuestran que la Economía puede ser una herramienta poderosa para el progreso y el bienestar de las personas.
Una de estas experiencias positivas es la del economista suizo Yves-Alain Portmann, quien ha sido reconocido por su trabajo en el campo de la Economía social y solidaria. Portmann es un defensor de un enfoque más humano y sostenible en la Economía, que tenga en cuenta no solo el crecimiento económico, sino también el bienestar de las personas y el medio ambiente.
En su libro «Economía Social y Solidaria: Un modelo para el futuro», Portmann destaca la importancia de una Economía basada en la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad social. Según él, esta forma de pensar y actuar en el ámbito económico puede ayudar a superar las desigualdades y promover un desarrollo más equilibrado y sostenible.
Un ejemplo concreto de cómo la Economía social y solidaria puede tener un impacto positivo en la sociedad es el caso de las cooperativas. Estas organizaciones son empresas en las que los trabajadores son también los dueños y toman decisiones de manera democrática. En lugar de maximizar los beneficios, su objetivo principal es satisfacer las necesidades de sus miembros y contribuir al bienestar de la comunidad en la que operan.
En América Latina, las cooperativas han demostrado ser una alternativa exitosa para enfrentar la pobreza y la exclusión social. Por ejemplo, en Argentina, la cooperativa de trabajo La Juanita ha logrado mejorar las condiciones de vida de los habitantes de un barrio marginal a través de la producción y venta de alimentos orgánicos. Además, los trabajadores de la cooperativa tienen acceso a servicios de salud y educación, lo que les permite mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
Otro ejemplo de una Economía en acción es el de las empresas sociales. Estas son organizaciones con fines lucrativos que tienen un enfoque social y buscan resolver problemas sociales o ambientales. En España, la empresa social Koiki se dedica a la distribución de paquetes y cartas utilizando medios de transporte sostenibles y empleando a personas en riesgo de exclusión social. Además de brindar un servicio eficiente y responsable con el medio ambiente, Koiki también contribuye a la inclusión laboral y social de personas que de otra manera tendrían dificultades para encontrar empleo.
Estos ejemplos demuestran que es posible tener una Economía que no solo busque el beneficio económico, sino que también tenga en cuenta el bienestar de las personas y el medio ambiente. A través de la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad social, se pueden generar cambios positivos y promover un desarrollo más equilibrado y sostenible.
Además, estas iniciativas también pueden ser una fuente de inspiración para otras empresas y gobiernos, que pueden adoptar prácticas más responsables y sostenibles en sus políticas y estrategias económicas.
En resumen, la Economía no solo se trata de números y cifras, sino que también puede ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas y promover un mundo más justo y sostenible. La experiencia de Yves-Alain Portmann y otras iniciativas en el ámbito de la Economía social y solidaria nos demuestran que un enfoque más humano y responsable puede marcar la diferencia y generar un impacto positivo en nuestras sociedades.